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Lugar: Barcelona, Spain

Mi nombre es Antonio, pero casi todo el mundo me conoce como Carrillo. Ese, siempre fue mi nombre de "guerra" desde que militaba en un partido de la izquierda extraparlamentaria en la clandestinidad y digo militaba, porque hace años que ya sólo milito para mí, para mi hija Laura, y mis amigos, así que ese nombre se quedó para siempre: Carrillo. Casi toda mi vida la he dedicado al mundo sindical. Allí en el Sindicato, realizo funciones de asesoramiento a trabajadores y trabajadoras. Me gusta mi trabajo y, como yo digo, encima me pagan.¿qué más puedo desear?. Hay algo de lo que no estoy cansado: Mi hija Laura, mi compañera María y mi equipo de fútbol el Barça, mi Barça.

09 noviembre 2007

Contestación del amigo Javier Sánchez del Campo al artículo Guerras y Energías Renovables



Estoy de acuerdo en que la energía eólica y la solar pueden ser alternativas a aquéllas que para generarlas utilizan el petróleo. Pero veo difícil su aplicación en los vehículos a motor como propones.
Para los artefactos rodantes se está investigando el construir motores que usan hidrógeno o una batería eléctrica. El problema que no han resuelto aún es el del almacenamiento de la energía ya que los coches que lo usan tienen poca autonomía por eso los hacen combinados. Aunque ya circulan diversos prototipos con estas fuentes de energía.
Incluso ya hay flotas de autobuses urbanos movidos por gas natural o biodiesel como por ejemplo los autobuses de Mataró que hace años que lo utilizan.
Ahora bien, los llamados biocombustibles están produciendo efectos colaterales nocivos para los consumidores de productos agrícolas ya que se han encarecido precisamente por el incremento de la demanda de éstos.
Y así en México han subido las tortas de maíz que es el alimento básico de la población y se encuentran con que los pobres no pueden pagarlas.
Total que tenemos petróleo para rato porque los países productores esconden los datos de sus reservas a efectos de hacer creer que tienen pocas y así los precios no bajen.
Pero aunque consigamos sustituir el petróleo por otra cosa menos contaminante el problema no se resuelve si no que se transforma.
¿Y cuál será el verdadero problema que se avecina? El de la falta de espacio para meter tanto coche, y así nos encontraremos con atascos impresionantes en todo el mundo, eso sí, serán atascos de coches limpios.