Te quiero mucho hija mía
Hoy hace 24 días que no veo a mi hija Laura y, sinceramente, la echo en falta. Ella hasta ayer, estaba de vacaciones con su madre en una localidad de la Provincia de Zaragoza, llamada Paracuellos de la Ribera.
Mi hija, para quien no lo sepa, nació sorda profunda y, aunque algún conocimiento tengo en Lengua de Signos Catalana, es muy difícil para ella y para mí poder expresar nuestros sentimientos, podernos comunicar como si ambos fuéramos oyentes. Difícil para ella por ser sorda, difícil para mí por ser oyente. Daría todo lo que tengo por poderme comunicar con fluidez con ella y decirle lo que la quiero y poder entender lo que ella me dijera a mí. Y volvería nuevamente a darlo todo, para poder escuchar con su voz una sola frase: Papá te quiero mucho.
Sé que eso será casi un imposible, aunque el tiempo lo dirá. Sabido es que cada persona tiene unas capacidades distintas. En el mundo de las personas sordas, sucede lo mismo, así pues hay personas sordas que consiguen leer los labios e incluso hablar y otras que no, pero hoy por hoy, no es el caso de mi hija.
Cuando escucho su risa no dejo de imaginarme cual sería su voz. Me la imagino dulce, llena de vitalidad, una voz agradable de niña.
Bueno este próximo viernes iré a recogerla a la casa de su madre y, como cada vez que está conmigo, intentaré no privarle de nada. Son pocos los días que está a mi lado, pero ésos pocos días, intento por todos los medios que no le falte de nada. Quiero hacerla feliz todos y cada uno de los momentos que comparta conmigo.
Desde estas líneas simplemente decirle: TE QUIERO MUCHO HIJA M ÍA.